sobre escudos petrificados nos arrodillamos
las remotas lágrimas del tiempo se desparraman
entre volutas alzamos las negras manos buscando el perdón,
un amuleto contra la falta de entusiasmo
gritamos y después, de regreso por el camino de la vergüenza
nos vamos olvidando del deseo
mientras sobreviene la mansa, triste tranquilidad
sábado, 5 de diciembre de 2009
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1 comentario:
Buenos poemas buenos.
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