sábado, 5 de diciembre de 2009

Solo, para mí

Nuestras almendras crecían a la sombra de la casa
Las veíamos desde la siesta con tul y moscas
En cada lugar escondíamos un beso de ojos cerrados
Las olas llenaban al muelle con bruma
Qué dulce era tu boca en la mía
Me decías muchos chistes, hasta hacerme doler
Veíamos los barcos girar sobre el horizonte, deshacer esa cinta como un final para el calor
La carne se cocinaba inquietante a la noche
Nos íbamos de excursión hasta la luna, veíamos prenderse esos fuegos en la astuta oscuridad
Era como no saber nuestros nombres y soñar lo mismo
Vos me acunabas sin mentir pero después no te reconocí más
Todavía quedan las marcas blancas atadas al vidrio de la mesa que casi no miraste
Y cuando te veo cantando en internet me toco los labios con un signo de pregunta hastiado, puntiagudo
¿Por qué herviste aceite y le echaste gotas que salpicaron en mi cara?
Oíamos los autos, nos poníamos tapones con la tele prendida en una película que nos advertía todo lo que iba a pasar
Pero nos quedábamos dormidos, vos seguías escribiendo palabras en mis sueños
Ésa era la pura verdad, el metal
No podía enojarme, juntabas pedacitos de una copa mientras yo me entendía perfecto por teléfono con alguien
Querías que terminara de hablar y después quisiste que nunca más te dijera que me amás
Ni siquiera los pájaros se asustan de mí, me saben suave
Pero a vos te espantó que llenara mi bañadera de agua y bombachas como presentación
¿Querés que te diga lo que anuncian estas cartas?
Corrijo mis palabras con silencio como si te llamara
Estás quieto viendo cómo cambian ese cartel luminoso de una chica que decías que era yo
¡Qué crueldad la de esos obreros para liquidar nuestra enfermedad!
¿Ya lo sabíamos?
No te mires más al espejo, sólo sos hermoso para mí.

No hay comentarios: