veraneamos juntos, montados en picos de estrellas
el beso era un fusil de chocolate
con que ahuyentábamos como lobos los malos sueños
fundidos en miel, aullidos y caballos
poblamos con flechas la constelación Centauro
hicimos flamear banderas de luz y leche
y cuando el oro oscuro de la noche quiso dormirnos
huimos a las piedras del bosque y comimos árbol
ahora somos corteza de pino agudo
extendiendo su capa de filos verdes
en silencioso y lento devenir
sábado, 5 de diciembre de 2009
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